viernes, 7 de agosto de 2015

SOBRE JUZGAR

Somos diariamente bombardeadas con juzgamiento, por medios de la prensa, de nuestros amigos, de nuestra familia, y, lo peor, por nosotros mismos.

Cuando me miro al espejo, es muy común pensar: que fea! Mira esa tripa, que horrible! Y estos brazos? Madre mía, como puedes salir así a la calle y que la gente te vea?
Cuando como alguna cosa que no debería comer: gorda. Nunca serás delgada, serás para siempre gorda porque no puedes dejar de comer.
Cuando dejo de hacer ejercicio fisico: sigue así, gorda, nunca dejarás de ser obesa, perezosa.

Etc, etc, etc.

En el blog mismo ya fui juzgada por una persona que no me conoce, por cometer un error. Por un error ya pensamos que seguiremos siempre así y jamás cambiaremos y jamás seremos delgadas y jamás, jamás, jamás.

Y porque juzgamos? Y porque nos maltratamos poniéndonos etiquetas y porque etiquetamos a los demás, comparamos con nosotros mismos y sacamos la conclusión de que esa persona es peor o mejor que nosotros?

Porque una persona que camina a diario y hace su dieta sin saltarla sería mejor que yo? Más digna de adelgazar que yo? Porque yo debería ser castigada por no tomar en serio una alimentación sana, aunque fuera por un día de mi vida? Porque siempre tenemos que ser mejor que los demás?

Cuando yo tenía 12 años, mi madre me llevó a un medico para adelgazar, y el médico me recetó pastillas naturales, que quitaban el hambre y todas estas cosas. Desde ahí yo acepté la etiqueta de gorda que mi madre me lo había puesto. Empecé a comer más, no subía de peso porque era muy activa, nadava por la mañana y por la tarde tenía clase de baile. Pero daba igual, yo no pesaba ni 50 quilos, creía que era gorda y con eso todos a mi alrededor también se lo creyeron. Siempre tuve en mente que mis amigas eran más guapas que yo, cuando las veía comiendo alguna cosa rica, pensaba que me gustaría ser como ellas, comer sin engordar, pero que yo, todo lo que metía en la boca, me engordaría cada vez más y más. Y así fue.

Ya se han pasado 20 años desde que acepté que era gorda. Sigo creyendo en eso, aunque cada día realice algo que cambie mi manera de pensar y de verme.

Estos días me ha dado un bajón porque de la nada cogí una lata de leche condensada e hice un dulce con cacao en polvo, me sentí pésima. Vinieron otras veces los pensamientos autodestructivos de que yo no valgo, que soy una gorda sin fuerza de voluntad, que no soy capaz de seguir una dieta sana y que jamás adelgazaré. Me fui a la ducha porque el agua es como una terapia para mi, me puse canciones animadas y busqué cosas buenas de mi vida, en como soy como persona, a quienes ayudo, el bien que hago por el mundo, mi inteligencia, mis profesiones, mis amigos como me quieren, mi perrita, mi casa, mi restaurante, mis logros y todo lo bueno que realicé y que sigo realizando día trás día. Salí del baño sonriendo porque me he dado cuenta de que soy buena persona. Soy feliz, tengo una vida buena, vivo en una casa chula, tengo un trabajo bueno en una de las mayores empresas de España, soy fija, acabo de comprarme un negocio y ahora, además de informática  soy empreendedora, soy valiente y amiga de mis amigos. Soy protectora de animales, sé bailar y tengo un muy buen humor, soy divertida y soy capaz de hacer todo, TODO, lo que me propongo. Si conociera a alguien como yo, seguramente me gustaría ser amiga de esta persona.

No es por comer un dulce que seré la peor persona del mundo. Me he parado un momento, he disfrutado, estaba muy, pero muy rico, y pasó.

Sigo con mi alimentación basada en el indice glucémico, con los paseos con mi perra, con mis bailes, sentadillas, entrenando... Somos lo que hacemos repetidas veces, y desde febrero estoy cambiando mi manera de ser e intentando cambiar mi etiqueta de "gorda" para "delgada", sin juzgar. Sin compararme a nadie, porque nadie vive lo que vivo yo, nadie está en mi piel así como yo no estoy en la piel de nadie, y el mesmo derecho que no tengo en juzgar a cualquier persona, no debo tener en juzgarme.

Eso es lo más difícil de aprender, pero no imposible. Cambiando la manera en que hablo a mi misma, cada día, apuntando todo lo que siento, leyendo y volviendo a escribir con palabras sanas, sé que, tarde o temprano, cambiaré mi autoimagen y lograré alcanzar mi objetivo final.

Podéis leer más sobre autoimagen aquiaqui o aqui.

Recordando, todo empieza por el pensamiento:

Pensamiento > Emociones > Conducta

Cambiando mi manera de pensar, cambio mis emociones y cambio a mi CONDUCTA. Empezar por cambiar la conducta es ineficiente, fastidioso y causa ansiedad.

Sin juzgar. Sin compararse. Somos únicos y capaces de llegar donde queramos. Y lo sabemos, más que cualquiera. Nadie sabe lo que somos, no vamos a permitir que nos pongan etiquetas y que nos digan si somos o no capaces de hacer algo. 

Nadie tiene ese derecho.

Un beso,
Isabel

No hay comentarios:

Publicar un comentario